Cuando el arte se encuentra con lo natural, la magia sucede. Geremías Cesarin encontró en los árboles caídos de su Patagonia natal la materia prima para crear sus obras, únicas, que empiezan a circular por el mundo.
Geremías Cesarin es un artista poco convencional. De 33 años de edad, proviene de una familia de talladores de madera. Con tan solo cinco años, y por iniciativa de su madre, comenzó sus estudios artísticos en una escuela de arte pública. Poco después, aún siendo un niño, empezó a trabajar con la madera y desde ese momento nunca dejó de tallar.
“Desde muy chico aprendí las técnicas y tuve muchos maestros a lo largo de mi carrera. Pero un día se presentó un desafío muy grande para mí, una idea abstracta. Algo que existía en mí imaginación y que no sabía cómo interpretar, ya que no tenía una referencia, ni volumen; no era algo tangible. Así que no me quedó otra opción que practicar y fallar mil veces. ¡Hasta que un día lo logré! Eso que imaginaba, eso que mi mente creaba, lo pude materializar, y ese fue uno de los días más felices de mí vida”, cuenta emocionado.
Geremías, neuquino de nacimiento, creció rodeado por el entorno mágico de San Martín de los Andes, la Patagonia y sus bosques, algo que terminaría definiendo su perfil artístico. “Mis obras son abstractas, minimalistas. Buscan contar una historia y crear una conexión profunda con el público y los clientes, que en muchas ocasiones me piden que interprete algún acontecimiento o sentimientos con una mirada y diseño abstractos, lo cual es un desafío muy grande para mí.”, relata.
“La mayoría de mis obras son inspiradas por las interacciones que se generan en los ecosistemas y los fenómenos meteorológico; el flujo de energía y la transformación de la materia.” Geremías Cesarin.
“La madera que utilizo es recuperada de poda y troncos que encuentro en el bosque, caídos y secos desde hace mucho tiempo. Quiero que se entienda que no daño el medio ambiente, al contrario: lo cuido y lo valoro mucho. La mayoría de mis obras son inspiradas por las interacciones que se generan en los ecosistemas y los fenómenos meteorológico; el flujo de energía y la transformación de la materia.”, aclara haciendo especial hincapié.
Los invitamos a conocer un poco más acerca de este artista mágico.
Contanos un poco de cómo nació tu pasión por el arte.
A primera edad ya demostré interés por el dibujo y la pintura. Fue entonces cuando mi madre me envió a una escuela de arte dónde me enseñaron y dieron los recursos para poder experimentar con diversos materiales y técnicas.
Cuando tenía 8 años comenzó mi pasión por el tallado de madera, el cual lo aprendí de mi madre y padre. A los 20 ya me metí en la talla directa con motosierra, trabajando en diversos estilos.
Y actualmente me dedico solo al arte abstracto en madera reciclada de la Patagonia.
¿Cómo fue que elegiste y te especializaste en el arte con madera?
Mí interés por el arte en madera lo traigo conmigo desde siempre; mis antepasados trabajaron la madera, era su oficio.
Desde el primer momento en que trabajé con la madera sentí una conexión única y nunca paré de practicar de forma autodidacta.
Durante mi vida aprendí otros oficios, pero a esta edad ya decidí que quiero vivir de esto, es lo que me gusta y me hace feliz.
¿Cómo es el proceso? Qué tiene de diferente o particular respecto de otras técnicas?
Creo que es diferente desde la elección de la madera y el entorno dónde la encuentro, siempre pidiendo permiso y agradeciendo al bosque y a la tierra.
Otro detalle que se destaca es el uso de motosierras. Con la técnica y precisión que desarrollé logro llevar al límite mis trabajos y hacerlos en menor tiempo.
¿Cómo es tu proceso creativo frente a cada obra?
Tengo dos formas de comenzar mis obras. La primera y la que más me gusta, ya que es muy desafiante y divertido, se basa en inspirar mi mente en formas que me resultan muy interesantes, como el infinito o la cinta de Moebius. A partir de ahí dejo que la madera y mi imaginación lleguen a un acuerdo para lograr una obra que improviso en ese momento.
La segunda forma es la que me cuesta más y es diseñar la obra desde un dibujo que lo modifico muchas veces hasta llegar a un diseño que, por lo general, son los que a los clientes más le agrada. Este proceso me lleva meses, pero también me ayuda a crecer como artista.
En estos diseños lo que busco son movimientos curvos con líneas simples que se fusionan infinitamente. Me gusta destacar una terminación dónde la protagonista sea la veta de la madera y ese detalle que le aporta una fisura o un nudo.
¿Cómo fue y cómo viene siendo tu recorrido dentro del mundo del arte?
Soy un artista emergente, estoy aprendiendo mucho y conociendo gente y artistas maravillosos. Este camino recién empieza para mí y está genial, siempre dispuesto a colaborar y abierto a nuevas ideas.
¿Dónde pudiste exponer tus obras?
Todavía no pude exponer en galerías, es un proyecto a futuro. Mis obras se encuentran en locales de decoración y en ocasiones en algunos hoteles de mi ciudad.
Cada día surgen nuevas oportunidades.
Contanos acerca de logros profesionales que fueron importantes para vos.
Unos de los logros más significativos sería un premio que obtuve en una competencia de escultores de Chile, algo que fue muy importante para mí, una experiencia única de tallado con motosierra monumental.
Los demás logros son gracias a mi socia y socio, Delfina y Luciano. Cada vez que se vende una obra es una alegría gigante; en ocasiones se fueron del país y eso me emociona muchísimo.